Denuncian mas irregularidades en el manejo de las tierras
Sugirieron nacionalizar la cuestión en la Corte Suprema, y los organismos internacionales competentes Múltiples y desgarradores testimonios, todos ellos con un tema en común -interrumpidos en reiteradas ocasiones por el llanto- generaron un clima de angustia y tensión en el Recinto de Sesiones, al debatirse en la mañana de hoy la problemática de la tierra pública, oportunidad en que se reclamó la urgente intervención del Poder Legislativo y las autoridades competentes en la búsqueda de una pronta solución ante las dramáticas y reales historias de vida escuchadas en la jornada de hoy. Las protagonistas fueron -sin duda- dos mujeres oriundas del Departamento Güemes, de las zonas de Castelli y Miraflores que denunciaron las presiones recibidas por parte de un hombre fuerte de la política chaqueña en un caso, por haber querido sacar provecho de una situación desventajosa para una de las partes y en el otro caso acusaron a la gestión de Ángel Rozas de facilitar la aplicación de maniobras irregulares, intentando sacar provecho de las precarias situaciones de estas personas, al pretender desalojarlas injustamente del lugar que habitan desde hace muchos años, en el proceso de adjudicación de la tierra pública. La primera de ellas fue Leonilda Monzón, una mujer viuda y con siete hijos que vive en el paraje “La Unión” de la zona de Castelli, que disparó acongojada la denuncia pública “que el propio vicegobernador de la provincia Juan Carlos Bacileff Ivanoff, pretende apropiarse de mis hectáreas en las que vivo desde hace 29 años, en la que trabajo la tierra con mis pocas vacas y ahora quieren dejarme sin mis tierras con cédulas que me las envía el propio Bacileff Ivanoff (documentación que fue entregada a la propia diputada Terada), por eso fui a muchos lugares, pero porque soy pobre nadie quiere defender mi caso, acudí ante el Instituto de Colonización y a ver a abogados, pero nadie me quiere escuchar”, acusó ente lágrimas la mujer. “Él – refiriéndose al vicegobernador – es un tipo rico que conoce las leyes y parece que quiere ser el dueño de todo Castelli, pero quiero que sepa que yo me voy a quedar a pelear por lo que es mío”, aseguró llorando Monzón. Seguidamente, Santa Virginia Lastero, una viuda de 57 años y con cinco hijos, que vive en el Paraje “Los Pereyra” de Miraflores, formuló una denuncia similar acusando a René Segundino Vicentin, quien realizó una serie de maniobras en las que se intentó despojar a esta mujer de sus tierras de las que hoy sólo le queda una pequeña porción, recibiendo presiones y amenazas durante años relatando que “a tres años de fallecido mi marido, me llegó una carta del Banco Galicia, un abogado y un juez queriendo sacarme mi campo, pero yo vivo en ese lugar desde los tres años, situaciones ocurridas en las gestiones de los gobiernos anteriores”, contó. “Soy una mujer viuda que no sabe leer y se han aprovechado de mi ignorancia para falsificar mi firma, además – agregó - me han atacado innumerables veces y en una oportunidad incendiaron mi casa con lo que había adentro. Para vivir crío vacas, pavos, chanchos y chivos – enumeró - y quieren estos inescrupulosos quieren dejarme sin las tierras de las que soy la dueña desde el año 1978 y ahora vienen a querer desalojarme diciendo que compraron las tierras al propietario, que era mi marido, pero mienten – porque mis padres, familia y yo vivimos en ese lugar desde hace muchísimos años, pero a mi no me va llevar nadie de ese lugar que es mío, soy una mujer pobre pero no me van a doblegar, me vine estos 100 kilómetros en moto dejando a mi nietos de 6, 9 y 12 años cuidando mis cosas porque me llamaron para que venga a este lugar contarle todo esto a la gente”, aseguró en forma tajante Virginia. Otros testimonios vertidos por personas pertenecientes a comunidades aborígenes, realizaron alegatos de similar naturaleza, coincidiendo en la total situación de precariedad con la que habitan en sus tierras, formulando serias acusaciones a las autoridades provinciales señalando que “muchas familias vivimos en terrenos muy chicos” o como el caso del señor Villalba de La Tigra, perteneciente a la etnia Mocoví, que dio como ejemplo que “contamos con 25 asentamientos que no pasan las 3000 hectáreas. Otro de los ejemplos mencionados fue que “en la ciudad de General Pinedo hay 30 familias viviendo en el predio del ferrocarril”.
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