Discurso de Carrió candidata a presidente por la CC
Discurso de la Dra. Elisa Carrió, durante la Proclamación de su candidatura a la Presidencia de la Nación
… el profundo dolor de ver hermanos muertos.
Se discute demasiado en la Argentina si somos de izquierda, si somos de derecha, si somos… lo que no se discute es si somos los argentinos lo que estamos “llamado a ser como Nación”.
Y ¿qué es estar “llamado a ser como Nación?
Estar “llamado a ser” es a ser, no a parecer.
Estar “llamado a ser” como simple humanidad y somos, es estar llamados a ser decentes, transparentes, justos, solidarios… eso es lo que “estamos llamados a ser”.
En esta poca y sola humanidad con que enfrentamos eso que se llama vida no llevamos después, más de lo que fuimos como personas.
Una muerte reciente, en la Argentina, de un todopoderoso demostró hasta qué punto la muerte enseña a la vida.
Nos vamos solo con los mocasines, nos vamos como vinimos al mundo.
Que en consecuencia esta sea la mayor lección para todos nosotros, incluida la CC.
La única riqueza que portamos y que llevamos es lo que somos. Nada más que eso.
Honrar lo que somos es hablar con verdad.
Honrar la vida es buscar la justicia.
Honrar la vida es buscar una humanidad justa para todos los habitantes del mundo, y abrir la Argentina a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que quieran habitar el suelo argentino.
Estos días se ha sacado lo peor de nosotros. Seguramente que algún asesor de imagen decidió que traía votos apelar a nuestro miedo interno para expulsar al otro.
Y yo voy a contarles a los argentinos, a todos nosotros lo que sucedía en 1910. Allí en los inquilinatos de Buenos Aires, y sin vivienda, y sin comida, eran ocupados por los bisabuelos españoles, italianos que venían hambrientos de Europa. Y los que aquí habitaban, querían que los echen.
Nosotros bisnietos y tataranietos de aquellos inmigrantes que estaban en los inquilinatos, no podemos, no debemos, en nombre de nuestra memoria, querer que ningún inmigrante, decente, esté fuera de la Argentina.
Es la tercera vez que ustedes confían en mi persona para presentarnos como la candidatura que conduzca este país.
Yo estoy mucho más grande, pero también estoy más sabia.
Sé ahora que podemos colectivamente conducir esta Nación a la paz.
Conducir esta Nación a la libertad.
Conducir esta Nación a una gran sociedad y pueblo de clase media, dónde no haya un pobre mendigando por la calle.
Yo sé, y todos sabemos que podemos conducir esta Nación, abierta al mundo, rica, próspera, libre, solidaria.
Pero hace falta autoridad para eso.
La autoridad no la da el poder, la autoridad la da la conducta.
Es necesario en la ejemplaridad, en el ejercicio del poder.
Es necesario que todos sepan que cualquiera que viole la Ley, rico o pobre, tendrá sanción.
No de cualquier Ley, sino todos sometidos a una Ley justa.
Si yo le tuviera que explicar a la Nación dónde me ubico en ese debate (que le encanta a los superficiales) acerca de si soy de izquierda, de derecha y si me corrí o no me corrí… le diría que estamos o que estoy en el lugar del centro que es la justicia, que es la verdad y que es la construcción de una gran prosperidad nacional.
No del centro ideológico sino del centro como equilibrio de justicia. Porque es preciso ser justos para que haya libertad en esta Nación, y no haya impunidad.
Si nos votan, yo solo le pido a Dios una cosa: humildad y sabiduría para saber lo que es justo en cada situación.
Sin estar apremiada por los prejuicios ideológicos, por los prejuicios de clase, por los prejuicios de color, por los prejuicios de raza o por los prejuicios insustanciales de la frivolidad que reina en esta Nación.
Y ser justos es ser justos con la infancia en este país con el Ingreso Ciudadano.
Y ser justos es tener las mejores escuelas y la mejor educación en los lugares más pobres.
Y ser justos es tener la mejor salud ahí donde la infancia no tiene la culpa del destino que se le ha deparado por nuestra responsabilidad.
Ser justos es ser justos socialmente.
Pero ser justos es, también, no atosigar no apremiar y no perseguir a los que producen, a los que trabajan, a los que generan riqueza en este país.
Ser justos también es no cobrar impuestos injustos al sector del campo que produce alimentos para la Nación y que va a producir alimentos para el mundo.
Ser justos es no apretar a la clase media decente que tiene pequeñas y medianas empresas y paga sus impuestos, con más impuestos.
Mientras se garantiza a los intereses de la concentración económica y a los amigos del poder y a cuanto trucho existe, no pagar impuestos y hacerse ricos en dos o tres años.
Nosotros estamos decididos a construir una Nación donde nuestros hijos y nuestros nietos y los hijos de las madres pobres sean de clase media, sean emprendedores y sean ciudadanos del mundo.
Y alguno me dirá ¿y cómo vas a hacer para que el hijo que nace en una villa sea de clase media y sea ciudadano del mundo? Y yo le contesto: si a ese chico ahí, le damos las mejores posibilidades y oportunidades que nosotros tuvimos, ese chico va a ser ciudadano del mundo, ese chico va a ser parte de la clase media argentina.
Eso es ser progresista, creer en el progreso de una Nación.
Creer en el progreso del desarrollo económico, en la prosperidad económica y en la prosperidad social, es el progreso.
Lo retrógrado, lo conservador, lo tremendamente reaccionario es mantener a los pobres en la pobreza con subsidios para que los corruptos mantengan el poder.
No creemos en la división de clases.
No creemos en el estatismo a ultranza que protege organizaciones mafiosas a la amparo de la bandera nacional.
Creemos en garantizar un mercado libre, concurrente, con apoyo a los sectores más vulnerables los pequeños, los medianos, los productores.
Este Estado no va a ser un Estado árbitro.
Este estado va a ser un Estado que equilibre las fuerzas de los que producen pero son más débiles frente a las cadenas de comercialización.
Nosotros somos antimonopolios.
Y, a veces, la concentración viene por vía estatal dónde los dueños no somos nosotros.
Los dueños de Aerolíneas no somos nosotros.
Los argentinos pagamos a un grupo de mafiosos para que, prácticamente, fondeen lo que fue una gran empresa nacional.
Pero el Estado tiene que estar presente para asegurar una educación de máxima calidad.
Este es mi compromiso.
Una educación que vuelva a la excelencia.
Una educación pública que sea la que mire la educación privada.
Una educación que convierta a los que menos tienen en portadores del conocimiento, los valores y la apertura al mundo para que se puedan sentir seguros en cualquier lugar, en cualquier región, en cualquier continente.
Y creemos en la seguridad.
Creemos que los pueblos deben vivir seguros y caminando por las calles.
Y creemos que tenemos que reformar un sistema jurídico y repensarlo para que la mentira no sea habilitada y para que la verdad no sea castigada.
Cada vez que un testigo dice la verdad es perseguido en la Argentina. Cada vez que alguien miente, todo el mundo dice: que vivo que este rufián.
Hay que volver a un sistema jurídico que premie la verdad y castigue la mentira, para que la Argentina deje de ser mentirosa y como tal, profundamente impune.
Dos flagelos tiene la Nación, enormes, que implican un desafío mucho más difícil de lo que uno cree.
El flagelo de la corrupción naturalizada en todos los estamentos del Estado nacional y provincial, y el flagelo del narcotráfico y el lavado de dinero como amenaza de un futuro muy cercano de lo que fue en Colombia, hoy en México.
Otras fuerzas prometerán esto, pero la única fuerza con coraje, con independencia, con neutralidad y con conocimiento para enfrentar el narcotráfico en la Argentina, como lo venimos haciendo para liberar a los pobres del fantasma de la muerte por la droga es la CC.
Y vamos a enfrentar la corrupción, son los dos flagelos más difíciles.
Moyano, no se preocupen, ya no va a estar.
Muchos no van a estar el año que viene en la Argentina.
Ahora, necesitamos de todos los argentinos.
Si no hay una verdadera vocación y un verdadero compromiso por la verdad, por la justicia, por la libertad, no nos voten.
Si verdaderamente queremos vivir de otra manera de una vez por todas, no solo vótennos, sino militen desde ahora, para esa Argentina grande, próspera, solidaria, justa.
No se queden en las casas.
Comprométanse comprometiendo a otros.
Hoy una señora dijo: que Dios oiga. Dios nos escucha siempre, nosotros no lo escuchamos.
La vida, que algunos llamarán como se llame, la luz que algunos llamarán como se llame, la conciencia, que algunos llamarán como se llame, nos llama a ser, lo que estamos destinados a ser.
Esa Nación casi deshabitada e inmensamente rica empobrecida por la corrupción, por la pobreza, por la banalidad.
Nosotros quereos ser.
La Nación, millones de argentinos, quieren ser.
No sintamos más la vergüenza de que los que nos ven nos pregunten: ¿qué nos pasó? ¿por qué caímos tanto?
Dios nos está ayudando, pero Dios no es omnipotente.
Es mentira que Dios es omnipotente.
Se nos dio la libertad, se nos dio el libre albedrío para que decidamos qué queremos ser y por dónde queremos caminar.
Hoy nuestro compromiso de conducta, el cariño entrañable a la CC en su conjunto, integrada por el ARI, por Unión por Todos (Patricia no puede estar porque tuvo un casamiento…. Gracias a Dios todos tenemos muchos casamientos), está Juan Pablo, Abrevaya con su nuevo partido… digo… y no nos preocupemos por los que hoy no están, ¿saben por qué? porque Dios poda a tiempo para que demos más frutos. Por eso la gran poda siempre es entre julio y agosto.
Estamos profundamente abiertos a las alianzas, pero ahora sí con códigos éticos que no se traicionen.
Nosotros siempre tuvimos vocación de acuerdo.
Los que no cumplieron los acuerdos fueron los otros.
Los que traicionaron al campo fueron los que fueron con nosotros prometiéndole al campo la rebaja de las retenciones.
No vamos a hacer alianzas con partidos que estén dispuestos a traicionar la voluntad popular puesta en las urnas.
Y decirles, por la gobernabilidad, y por ultimo… hay una sola seguridad: vamos a garantizar una gobernabilidad republicana. Y que sepan los mafiosos que a mi jamás me van a llevar en helicóptero. Y que sepan los Moyano, los Duhalde, los que sean… que me llevarán muerta pero no me iré de la Presidencia de la Nación sin cambiar este país.
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